Hélices

martes, 9 de agosto de 2011

Pecados capitales 2: Pereza.


Mis párpados se abrieron hace apenas cinco minutos, la luz está apagada y yo sigo en la cama. El sol aún no ha terminado de salir pero la oscuridad ya no es completa. Hace frió, la ventana está abierta y el aire entra en el cuarto. Podría levantarme y cerrarla, la tengo al lado, pero no lo hago, me quedo tumbado y me envuelvo aún más en el nórdico. Mis ojos se empiezan a acostumbrar a la oscuridad, las cosas están donde las dejé ayer, nada ha cambiado, todo sigue igual.


Hoy no me apetece levantarme, no tengo voluntad para hacerlo, no saldré del tálamo en todo el día, está decidido. Cierro los ojos e intento dormir de nuevo, no lo consigo. Ha empezado a llover y pequeñas gotas consiguen alcanzarme, no me importa, es agradable.

Intento no pensar en nada pero resulta imposible. Creo que estoy llorando, o igual solo son restos de lluvia, da igual no pienso comprobarlo, me da pereza incluso secarme.

Hoy no soy persona, no existo. Hoy soy frágil, podrías romperme tan solo soplándome. Hoy soy amargo, como el café que solía tomar contigo los sábados por la tarde.


Escrito desde Carlow, Irlanda.


Black 2